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La entrada a Oviedo por el bulevar de Santullano, por la que circulan 30.000 vehículos al día, y pendiente de una transformación valorada en 19, 4 millones de euros. ALEX PIÑA
El Ayuntamiento pedirá al Principado fondos para las obras del bulevar de Santullano

El Ayuntamiento pedirá al Principado fondos para las obras del bulevar de Santullano

Solicita a la Consejería de Cultura permiso para desmontar el puente de Ángel Cañedo, afectado por el entorno de protección de Santullano

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

OVIEDO.

Domingo, 22 de abril 2018, 01:37

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El Ayuntamiento pedirá apoyo económico al Principado para desarrollar las obras de regeneración urbana de la entrada a la ciudad desde la 'Y', para el proyecto del bulevar de Santullano. «Si aportó fondos para pacificar el tráfico en la entrada a Gijón, también debe hacerlo en Oviedo», razona el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo.

Hablar de dinero para inversiones con una administración en prórroga presupuestaria es casi perder el tiempo, pero Del Páramo recalca que este «es un proyecto a 8 o 10 años» en el que la aportación regional a las obras podría considerarse más adelante, para futuros ejercicios. Hay cosas más urgentes.

El equipo de gobierno ha solicitado una reunión al Principado para hablar de dinero en general y en el futuro, pero para concretar ya en el presente la cesión de los suelos de la Administración regional en el entorno. «Necesitamos negociar la cesión de esos terrenos para poder empezar las obras por el primer tramo» de la actuación, el que va del enlace del HUCA, en La Monxina, hasta el puente de Rubín.

La mala noticia es que el Principado no lo ve claro. Con la imposibilidad de tocar La Vega hasta que no se llegue (si se llega) a un acuerdo con el Ministerio de Defensa, la idea era iniciar la transformación de la entrada a Oviedo desde la 'Y' por ahí, por La Monxina, donde el Ayuntamiento plantea un gran aparcamiento disuasorio y una glorieta de distribución del tráfico. Es lo lógico: el estacionamiento, conectado con el transporte público y lanzaderas, permitiría reducir el volumen de tráfico que soporta el tramo hasta la Cruz Roja, unas 30.000 circulaciones diarias y creciendo, y la gran rotonda ayudaría a conectar ambos lados de la calzada de la antigua autopista, y a pacificar y reducir el tráfico y su velocidad media.

Las dos medidas harían, además, más fácil el desarrollo de las siguientes fases de las obras al minimizar las afecciones a la circulación rodada en el tramo situado a continuación, pero la rotonda afectaría a los actuales enlaces del hospital con la A-66, en sentido Gijón, que se hacen a través de un vial elevado. Sería cambiar una salida directa a la autopista por una serie de viales urbanos en los que se prevé un alto volumen de tráfico. Además, forzosamente afectaría a los otros suelos que la Administración regional expropió en su día para construir las actuales y, de momento, únicas conexiones del centro hospitalario con las vías de alta capacidad del centro de la región. Y ambas cuestiones no acaban de convencer a la Administración regional.

Ángel Cañedo

Hasta ahora, las dos partes han mantenido reuniones de carácter técnico, explicó el edil, sobre un proyecto, en el que trabaja ya el equipo ganador del concurso de ideas fallado el año pasado, liderado por los arquitectos Miguel Ángel Tejada y Clara Eslava, cuya carta de presentación es el trabajo de remodelación de la calle Serrano en Madrid, y el ingeniero David Gistau. En las próximas semanas, la intención del equipo de gobierno es mantener una reunión con el Ejecutivo regional para tratar de desbloquear la cesión de los suelos.

«Si no se puede, empezaríamos por el tramo central» el que va de Ángel Cañedo a Rubín, admite ya el concejal de Urbanismo. El Ayuntamiento, explica, ya ha solicitado permiso a la Consejería de Cultura para «desmontar el puente de Ángel Cañedo», que cierra por su parte baja la fábrica de La Vega y une La Tenderina con Teatinos. «Necesitamos la autorización porque está incluido en el entorno de protección de Santullano», aclara Fernández del Páramo, que no teme afecciones importantes al tráfico como consecuencia de la desaparición del paso sobre la calzada. El proyecto del bulevar incluye en este punto una nueva glorieta con un radio suficiente para absorber «900 vehículos a la hora, bastante más que el tráfico actual en este punto», insiste.

El tráfico rodado entre ambas márgenes de la calzada de la antigua autopista pasaría a hacerse a nivel, a través de esa nueva rotonda diseñada en la calle Dobra, junto al Palacio de los Deportes. También desaparecería el puente de la avenida de Atenas, en la trasera del centro comercial Los Prados, que dejaría paso a una glorieta más, y el mismo destino aguarda al puente del Camino de Rubín y los enlaces con la antigua calzada de la autopista de Ventanielles, que dejarán paso a una segunda glorieta de distribución del tráfico en este punto, ya situado fuera del entorno de protección fijado por Cultura para la iglesia de San Julián de Los Prados.

Problemas y proyecto

Son cuestiones que afectarán al desarrollo global de la actuación y a su planificación, pero también tendrán consecuencias sobre la financiación. El Ayuntamiento obtuvo 10,3 millones de euros de los fondos europeos conseguidos con el plan 'Conectando Oviedo', que preveía actuaciones en todo el entorno del tramo por 19,4. Según el documento hasta 2020 se invertirían 6,9 millones en la primera fase de obras del bulevar de Santullano, de los que el Ayuntamiento pondría 4,5. Más allá de ese año, los dineros para seguir desarrollando el proyecto tendrían que salir de las arcas municipales o buscar nuevas vías de financiación, bien sea ese pretendido apoyo del Principado o nuevos fondos europeos o estatales a los que pueda optar la ciudad.

Además existen otras dificultades en ese tramo central de la actuación. Bajo los puentes que se pretende eliminar viajan las arterias de abastecimiento de agua de Teatinos y Ventanielles, y existe también la conexión entre los colectores Sur y Norte de la cuenca de la depuradora de Villaperi. Cuestiones que deberán resolverse en el proyecto definitivo, que dé forma a las ideas que el equipo ganador del concurso de ideas bosquejó en su propuesta 'Bosque y valle'. Como no hay mal que por bien no venga, centrarse en ese tramo permite aplazar la decisión sobre los aparcamientos disuasorios previstos en la actuación. Tras renunciar el equipo de gobierno a los tres estacionamientos públicos en régimen de concesión que incluía el diseño inicial, los técnicos apostaron por un gran estacionamiento disuasorio en La Monxina sobre una parcela municipal. Sin embargo, su construcción supondría una inversión próxima a los 11 millones de euros que, si no se afrontan desde la iniciativa privada, dejarían la financiación del bulevar muy tocada. Encargarlos en concesión, sin embargo, chocaría con los que autorizó el Ayuntamiento para los aparcamientos del nuevo hospital.

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